una victoria cualquiera

¿quién va a despoblar la barricada del frío?
no hay fe si el verdugo -vértigo lejano-
¿cuántos ojos tenía en la cara?
más de mil, 
                    pero inmóvil.
la victoria era tanta 
que podían recogerla a cucharadas
alguien la masticó, fue fugaz, 
una victoria cualquiera
quedó pues
con el frío rasurando sus mejillas
y supo que la piedra
-una piedra-
vivirá más que nosotros.

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